
Acércate con un espíritu optimista a cada puerta de la vida, inténtalo todo. Haz todo lo que dependa de ti, por tanto, acércate a esa puerta que te has encontrado en tu camino y tócala sin temor, y pásala sin temor si se abre. Confía en tu Padre, Él sabe lo que hay ahí para ti. Pero por favor, si no se abre, no te desanimes, tampoco te aferres, tampoco te molestes. Simplemente sigue caminando, quizás es la próxima puerta donde esta lo que Él te tiene preparado específicamente para ti. Porque además, quiero que comprendas algo, por las puertas que otros pasan no quiere decir que necesariamente debas pasar tú. Recuerda que Dios le habla a cada uno de nosotros de manera individual y única, también tiene propósitos individales y únicos para cada uno de nosotros. Por tanto, las puertas que se te abrirán a ti, no se le abrirán obligatoriamente a otros, ni las que se le abrieron a otros serán por las que tú debes pasar.
Por eso, te aconsejo, no fuerces ninguna puerta, pero tampoco dejes de tocar las siguientes.