
Estas cansada?
Imagino que sí. Yo también me siento así, muchas veces. En ocasiones pienso que es algo inherente al cromosoma "X" que recibimos cuando fuimos formadas y se designó nuestro sexo. Pues como mujeres siento que se nos demanda mas allá de nuestras fuerzas. Que se nos describe como vasos frágiles pero en la práctica somos unas reales guerreras en plena batalla. Pero cuando vengo al encuentro diario con mi Dios, no solo recobro las fuerzas que literalmente parecen ausentes en la mañana al levantarme, sino que mi mente al entrar en sintonía con la de mi Padre, comprende cual es mi propósito para cada día y entonces me alisto para esa batalla con una visión diferente.
Hay una divina palabra para ti y para mí hoy: "venid a mí, todos los que estáis cansados y trabajados, y yo os haré descansar". Mateo 11:28.
Este es Jesús, amiga querida, hablando contigo y conmigo. Es en Él donde único podemos encontrar ese descanso que necesita nuestra alma, pero incluso, también nuestro cuerpo.
Muchas veces comenzamos el día cansadas y hacemos las labores diarias, ya sean domésticas o fuera de casa, sin venir a ese encuentro que te dará la energia, el amor y el humor que se necesitan para hacer cada cosa como es debido. Caemos sin darnos cuenta en un círculo vicioso de agotamiento y cansancio que se combinan peligrosamente con el mal humor. Yo también he sido víctima de esos ciclos en mi vida.
Me hecho el propósito de esforzarme en alimentar mi alma… he tratado de cambiar mi vida, mi actitud ante el diario afán. Te confieso, no lo logro siempre, no río todo el tiempo, pero me esfuerzo en hacerlo consciente y transmitir al menos una vez al día, un rato de puro cariño. Intento que mi devocional diario se convierta en mi principal alimento. Porque sé que Él es el pan.
Vengo a ese encuentro convencida de que el descanso de mi alma y mi cuerpo no está en un lugar, sino en un persona y su nombre es Jesus.