
El Salmo 119 revela un tesoro para la vida diaria: la Palabra es verdadera y no cambia, demanda lo que es justo y provee lo que es bueno. Cuando la volvemos nuestro consejo cotidiano, evita la vergüenza, guarda el camino y fortalece el alma en la ansiedad. Este devocional nos llama a pasar de usar la Biblia como consulta ocasional a recibirla como fuente viva para decidir con integridad y caminar en paz.