
En este poderoso devocional, el Pastor Martín Castillo continúa profundizando en Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.” Nos recuerda que esta pobreza no es material, sino una condición del alma, una total dependencia de Dios, un clamor del corazón que reconoce su miseria espiritual. Con ejemplos bíblicos como el publicano y el fariseo en Lucas 18, se nos muestra el contraste entre la arrogancia y la verdadera humildad que toca el corazón de Dios. También se citan textos clave como Salmo 138:6, Isaías 6 y Génesis 32, ilustrando cómo Dios usa a los humildes: a Jacob, a Isaías, al publicano arrepentido. En un mundo que celebra la autosuficiencia, este mensaje nos llama a inclinarnos en humildad y reconocer nuestra necesidad del Señor. La verdadera felicidad, dice el pastor, no es para los fuertes ni famosos, sino para los que tiemblan ante Su palabra.