
Tu lugar en el mundo no se encuentra demostrando, compitiendo o comparándote.
Se encuentra cuando dejas de actuar desde la soberbia —ese mecanismo que usa el ego cuando se siente chiquito— y empiezas a cultivar las virtudes que de verdad te sostienen.
Hoy te comparto cómo la soberbia y la humildad se convirtieron en mis maestras.
Este episodio es para ti si a veces sientes que no eres suficiente, si te cuesta reconocer tu valor, o si te has perdido intentando ser alguien que no eres.
Links mencionados:
Comprar el libro AQU Í