
Habría que estar borracho para que a uno se le ocurriera que un tierno y baboso San Bernardo se comportara como una máquina asesina. Y bueno, así ocurrió con Stephen King cuando escribió "Cujo" (1981) que rápidamente fue llevada a la pantalla bajo la dirección de Lewis Teague (1983). Una versión suavizada de la premiada novela que consiguió agradar al autor, dividir a la audiencia, ser un éxito de taquilla y convertirse a larga en otro clásico de culto. "¡¿Pero cómo?!" Podrían exclamar algunos con justa razón. En nuestro segundo episodio del ciclo de octubre (escogido entre los diez ciclos mas influyentes de programas culturales para medios, según la revista Nature), nos lanzamos cual perro rabioso sobre esta producción, una montaña rusa que se debate entre lo radicalmente cutre y las clases magistrales de dirección y cinematografía. Pero si hay algo en que casi todo el mundo coincide, es que uno de sus puntos más destacados es la excelente banda sonora compuesta por un experimentado Charles Bernstein, nombre menos conocido de lo que merece dentro del mundo de la composición para cine, y que en esta propuesta nos dejó una de sus obras más memorables.