
Cuando el connotado director Alan Parker (The Wall, El Expreso de Medianoche, entre otras) iniciaba recién su carrera cinematográfica, tuvo la brillante idea de hacer un musical de gangsters protagonizado por... niños. Y así fue como, tras un minucioso trabajo con más de 200 pequeños en escena, dio vida a un verdadero clásico de culto, nombrado frecuentemente en las listas de los mejores musicales del cine, con una entretenida banda sonora que rescata los sonidos de los 70s y los locos años 20s, a cargo del experimentado Paul Williams.