
Cerramos nuestro breve ciclo dedicado a Japón con la obra maestra del director Satoshi Kon, una colorida y surrealista propuesta visual y sonora, a hombros de una técnica de animación llevada al límite, todo esto acompañado con el característico sello electrónico de Susumu Hirasawa, quien con su diversidad sonora, nos traslada al intrincado mundo de los sueños, del cual hasta el mismísimo Christopher Nolan ha sacado referencias para sus obras.