
El estudio de los títulos ejecutivos permite comprender las condiciones bajo las cuales un acreedor puede acudir directamente al proceso ejecutivo para exigir el cumplimiento forzado de una obligación. En este contexto, es fundamental distinguir entre el título ejecutivo simple y el título ejecutivo complejo, atendiendo a la forma en que cada uno de ellos se configura y acredita la existencia de una obligación clara, expresa y exigible, conforme a lo dispuesto en los artículos 422 y siguientes del Código General del Proceso.