
Es fácil para todo el mundo, reconocer a una persona de su propio país, de su propia región y hasta de su propia religión, con solo un pase de mirada. Hay cosas que nos definen: la forma de hablar, de vestir, lo que decimos y el cómo lo decimos, las cosas que comemos, lo que consideramos importante, en fin, la cantidad de patrones es amplia cuando se trata de la identidad.
Personalmente considero que es imposible hablar de «comunidad», si no hay cosas en común, si no hay cosas que nos unen los unos a los otros en torno a costumbres, tradiciones; a esas cosas que forjan la identidad.