
Con la generación Millennial ha comenzado una especie de rebeldía hacia lo establecido, hacia figuras como el gobierno, las instituciones internacionales, corporaciones y medios de comunicación, pero las generaciones anteriores a esta se acostumbraron a que todo este aparato del establishment «tiene derecho a tenernos enumerados».
Nuestro sistema de identificación ciudadana, cuentas bancarias, números de teléfono, seguro social, número de empleador y pago de impuestos, hasta la información de nuestra situación médica individual, todas representan números con los que el sistema nos rastrea en cualquier parte del universo.