
En los primeros años de vida, nuestro mundo entero cabe en unos brazos. Es allí —entre el calor de un abrazo, la respuesta a un llanto o la presencia constante— donde aprendemos si el mundo es un lugar seguro o impredecible, si merecemos cuidado o debemos luchar por él.
Esta etapa moldea lo que la psicología llama confianza básica: la creencia profunda de que somos dignas de amor y que el mundo responderá a nuestras necesidades. Cuando esta confianza se consolida, desarrollamos una autoestima firme, resiliente y abierta a la vida. Pero cuando el apego es inconsistente, ausente o inestable, surge una herida invisible: el abandono.
Esa herida nos acompaña silenciosa en la adultez. Puede mostrarse como miedo a la soledad, necesidad de aprobación, dificultad para poner límites o una constante sensación de vacío. Esta clase es un llamado a revisar esa herida, comprender su raíz y empezar a reconstruir dentro de nosotras el sostén que quizá no estuvo fuera.
🌟 Afirmaciones de Seguridad
Repite estas frases cada mañana y cada noche:
“Merezco amor constante y presente.”
“No estoy sola. Yo misma soy mi hogar.”
“Mi valor no depende de que otros se queden.”
“Me abrazo con amor y me sostengo con fuerza.”