
🎙️ Dicen que la vida es como una carrera. Que todo se trata de llegar a la meta.
Pero yo aprendí que no es así. Que lo importante no es cruzar el arco de llegada, sino todo lo que pasa en el camino…
Correr, para mí, siempre fue más que poner un pie delante del otro.
Es escuchar el ritmo de mi respiración, sentir el latido de mi corazón, dejar que cada paso sea un recordatorio de que estoy viva. Es estar en diálogo constante con mi cuerpo, con mi mente, y obviamente con mi voluntad.
Si tuviera que resumir lo que el running me enseñó, diría: la constancia vale más que la inspiración.
No esperes a tener ganas, hacelo igual, porque las ganas aparecen en el camino.
No te compares con nadie, tu carrera es única, como tu vida. Escuchá a tu cuerpo y a tu alma, ellos siempre saben cuándo seguir y cuándo descansar. Buscá tu red, esa gente que te sostiene y te impulsa, porque nadie llega lejos solo. Y disfrutá el proceso, porque la meta es un instante, pero el camino es eterno.
¿Qué carrera estás corriendo hoy en tu vida?
¿Estás disfrutando el proceso o solo mirando la meta?
¿Qué obstáculos te están desafiando como una montaña?
¿Qué red te sostiene cuando sentís que no podés más?
¿Qué pasos podrías dar hoy, aunque sean chiquitos, para acercarte a tu propia meta?
Correr me enseñó que no se trata de cuánto falta para llegar, sino de cuánto me permito disfrutar el camino. Que cada paso, por chiquito que sea, es un triunfo sobre mis dudas.
Descubrí que correr no es solo movimiento, es una conversación con mi alma. A veces susurra con calma, a veces grita de cansancio, pero siempre me recuerda que estoy viva. Y cuando cruzo la meta, no importa la distancia ni el tiempo, porque lo que celebro no es el final… sino todo lo que me transformó el recorrido.
Te abrazo!
Debbie 🦋
El running team donde corro: correrayuda
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