
Contrasta la serenidad de la presidenta Ayuso a la hora de plantear su legítimo deseo de presidir el PP madrileño y del propio alcalde Almeida a la hora de plantear un rotundo “no toca” con las manifestaciones de Aguirre y la dura réplica de García Egea. Algo de cierto hay en esta batalla popular por el partido en Madrid del daño que pueden llegar a provocar algunos asesores o cargos intermedios intoxicando, junto a la propia prensa al dictado a veces de intereses espurios. Pero es innegable que hoy por hoy Ayuso es la única candidata que ha dado el paso públicamente y Casado lo sabía antes de invitar por sorpresa a Almeida a entrar en una carrera que no deseaba en absoluto y aún hoy prefiere evitar.