
Para que ella dejara de reconocerme. Para que no existiera la menor posibilidad entre los planos correlaciónales, que nuestros átomos vuelvan a encontrarse. Cambié de cuerpo. Han mutado mis emociones. Se disolvieron mis sentidos en el proceso. Lágrimas y lluvia se hicieron una. Todo esto fue bastante simple y, más o menos, natural. ¡Relativo! Todo ente de este universo, en su mínima expresión, está formado de pequeñas cuerdas hiperactivas vibrando, disparándose hacia diferentes dimensiones y esa fue la mayor trampa de los dos en el mundo.
Jenny Carvajal