Después de 4 meses de ausencia, estos pobres pseudo-pensantes deciden volver con un episodio grabado cerca de un aeropuerto, haciendo evidente el ruido y fallas que había (no tenemos editor). Divagando como siempre, estos sujetos le hicieron caso al wey que dijo que deberían hacer un podcast por ser cagados, sin embargo, no fue el caso. Sin tema ni guión, sólo hablaron durante 40 minutos los cuales desperdicie al escuchar.
Con casi la misma duración de "The rose of Guadalupe", este episodio medianamente absurdo nos habla de quienes somos y por qué no somos stormie. El ruido ambiental hace más ameno el comprender nuestro paso en el tiempo, nuestro cambio en él y la introspectiva que podemos generar a través de lo chico ó grande (depende tus estándares).
Somos lo que somos porque creemos que lo somos, ¿no?
Nuevamente un saludo a Montse y esperamos salgas de tu privación a la libertad.
Después de nuestra ausencia, Ricardo y Arturo deciden grabar un podcast porque no tenían nada mejor que hacer y simplemente quisieron blasfemar durante un rato. ¿Qué pedo con las relaciones y por qué parece que estén tirando indirectas? No sabemos, pero se siente una tensión sexual entre los presentadores.
Un saludo a Monse y ojalá salgas pronto de la correccional en Tijuana.
Arturo no pudo estar con nosotros y en su ausencia decidimos invitar a una química farmacodependiente para divagar sobre lo que engloban las drogas. Nuevamente Monse no tuvo gran participación, pues hablar del tema le causa conflicto sabiendo su excesivo consumo a todo lo que la saque de su realidad y Ricardo no cerraba el culo.