
«Ten paciencia con todas las cosas, pero principalmente contigo mismo.» — San Francisco de Sales
En ocasiones, somos pacientes con todo y con todos, excepto con nosotros mismos. A veces olvidamos que nuestra primera responsabilidad es cuidar de nosotros mismos, amarnos, comprendernos. La paciencia, virtud de los sabios, suele verse hacia afuera, pero puede que haya momentos donde no entendamos que nuestra vida tiene instantes que requieren de un poco más de calma, de un poco de paciencia.
Cuidarnos y ser pacientes con nosotros mismos es aceptar que Dios, como dueño del tiempo y Padre nuestro, no solo tiene planes para con nosotros, sino que los tiene a su tiempo y con nuestros procesos y capacidades.
¡Señor, danos paciencia!