
A veces, priorizamos las necesidades de los demás sobre las nuestras y nos sentimos culpables si decimos "no" ante una petición de otra persona. La culpa nos trae pensamientos del tipo: "si no lo hago soy una mala amiga", "soy una egoísta", "creo que soy una mala persona por no ayudarle". ¿Sabes poner límites? Hoy te dejo una guía rápida para lograrlo.