
Le gustaba que le dieran órdenes, tener una chamba clara y recibir su cheque cada quincena. Pero un bote de crema de avellana casera y la validación de las mamás amigas lo cambiaron todo.
De la licuadora a tope y el trapeador oliendo a cacahuate nació una marca única que hoy está en miles de puntos de venta.
Nació sin capital externo ni campañas de marketing sofisticadas, solo a base de trabajo constante, intuición práctica y una claridad brutal sobre costos, procesos y foco en lo que hace la diferencia.
Salud, ricura y ahora también belleza. ¿Quién dijo que no podía también poner su talento al servicio de la dirección de otra empresa? Éxito multiplicado.
Pero ojo: no hay romanticismos que valgan. Ella cuenta que en este camino ha tenido más noches oscuras que aplausos, que su cuerpo le ha cobrado la factura y que a veces está con los nervios de punta.
La inteligencia es exigente y hay que aprender a domarla.
Acerca de Denise:
Estudió Comunicación en el Tec de Monterrey y tiene una maestría en Marketing por EADA. Fundó Morama a partir de una receta casera para su hijo, hoy convertida en marca de productos saludables sin ingredientes artificiales.
Con un pitch improvisado ganó un concurso de startups. Junto con su socia, Sofía Paredes, llevó a Morama de tiendas pequeñas a supermercados.
Es mamá de tres y cree en lanzarse con pasión cuando una idea lo vale.
Nos vemos en Summit Regias el 5 de septiembre en el nuevo Hotel Intercontinental. Asegura tu entrada aquí: https://www.summitregias.com