
“En medio de las armas, las leyes enmudecen.” Quizás esta frase es la más apropiada para tematizar este artículo. El filósofo, estadista e investigador, Cicerón nos recuerda desde el legado de sus pensamientos, cual es la sombra de nuestra naturaleza humana. Acaso no somos partícipes, de la violencia estructurada si desde una curiosidad mórbida somos espectadores de lo prohibido, y no hacemos nada, porque quizás como otro filósofo e historiador llamado Plutarco nos mencionaría “el morbo es la desobediencia de la razón y que todos, de algún modo, lo hemos practicado alguna vez”. Porque de algún manera, quizás inconsciente, podemos albergar en dimensiones incómodas, y porque no perversas, la semilla de la violencia.
Las consecuencias de la violencia, también se puede manifestar en la salud mental de las personas, problemas que no solo cruzan las relaciones intergeneracionales, sino también fronteras trasnacionales. Pese a tener que dejar sus lugares de origen y pertenencia hacia otros rumbos, la vida pasada les persigue y muchas veces les alcanza. Sin embargo algunas personas afectadas suelen decir “Nunca se reconoce a una persona fuerte con un pasado fácil”. Esto es lo que les refuerza seguir adelante.
En esta ocasión tratamos este tema junto a Itzel Eguiluz. Maestra en ciencias de la Salud y Doctora en Migraciones internacionales e integración social. Junto a ella trataremos el tema Migraciones forzadas. Análisis diferencial sobre el género y su implicación en la salud mental.