
Muchas veces las personas necesitamos un espacio de tranquilidad y silencio, donde encontrar nuestro equilibrio emocional o creativo. Un lugar especial, donde emerja nuestra conciencia plena en un reconocimiento espiritual. Esto es bastante saludable. Sin embargo, el tema al que me quiero referir no es un aislamiento determinado por el libre albedrío y condicionado a una temporalidad específica, sino estaría tematizando, sobre aquella soledad y aislamiento social que se generan, resultado de lento proceso de permanente segregación y presión psicosocial. Una condición muchas veces, aceptada como parte de una dinámica natural de la vida en colectividad. Podemos encontrar esta selectividad socio-cultural y económica desde el acceso a los servicios básicos de salud, vivienda y educación, hasta la diferenciación de castas sociales y posiciones jerárquicas dentro del mundo académico y laboral.
Para tratar este tema hemos invitado al Pedagogo y Doctor en Psicología Social Miguel Olivos, peruano residente en Japón. Fundador y director de una ONG o NPO Kawasaski International School, donde crea alianzas entre la población japonesa y la hispanohablante.