En un ida y vuelta en el que ya cuesta identificar la provocación y la represalia, las desavenencias comerciales entre China y EEUU volvieron a agudizarse. El mercado reaccionó negativamente. Consideramos, de todos modos, que esto confirma la tónica de un mercado volátil pero con fundamentos ascendentes.
El cierre de diversas oficinas federales en los Estados Unidos como consecuencia de la falta de acuerdo parlamentario revela un trasfondo más serio: la insostenibilidad de la trayectoria de la deuda pública de Estados Unidos.
Tras una reunión del Comité de Política Monetaria en la que el presidente Trump hizo sonar a su vocero, se decidió reducir la tasa interbancaria en un cuarto de punto. Medida arriesgada, inspirada en la percepción de un mercado laboral débil (pero con una economía con consumo y actividad fuertes) pero que complica la convergencia de la inflación al objetivo.
El duro revés para el sector político de Javier Milei en las elecciones en provincia de Buenos Aires pone un manto de dudas de cara a las legislativas de octubre, en las que sí se juega la continuidad de las reformas y la baja del riesgo país. Entretanto, seguiremos viendo volatilidad en las tasas de interés y al ministro Caputo arriesgando reservas. El avance de la libertad y la economía entran en impasse.
Ellos y ellas (nosotros, no) quieren que la Fed baje la tasa de interés. Contrariamente a la reacción que tuvo el mercado, el último dato de inflación no lo justifica. Pero, "querer es poder", dicen...
No se trata de la comedia de Disney, pero durante el pasado viernes 1 la Casa Blanca pareció poseída por un adolescente mosqueado. Y el mercado lo sintió.
La Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo la tasa de interés interbancaria en el rango 4,25 - 4,50%, con el disenso de dos integrantes afines a Trump. Powell mantuvo el tono de "esperar y ver" transmitido en las decisiones anteriores.
La aprobación por parte del Congreso norteamericano de la ley regulatoria de los "stablecoins" abre las puertas a una nueva forma de competencia en el mercado de medios de pago. ¿Un cambio radical, o "para que todo siga como está"?
Son muchos los logros de la administración Milei en su primer año y medio. Pero subsiste cierta incertidumbre por la fragilidad que todavía muestra la situación de reservas. Ese será un gran desafío para la segunda mitad del mandato.
La Reserva Federal de EEUU podría encontrar en julio motivos para reducir la tasa de interés y abandonar momentáneamente su "modo wait and see". Tarde o temprano, los efectos de la deflación china pueden obligarla a hacer un movimiento que, por la propia realidad estadounidense, no sería necesario.
Las perspectivas negativas sobre el precio del petróleo lucen exageradas, tanto por el lado de la oferta, donde los aumentos de producción de la OPEP compensan otras caídas y mayor consumo doméstico, como de la demanda, donde la recesión no termina de aparecer.
La calificadora Moody's disipó nuevamente el apetito de riesgo en los mercados tras anunciar una reducción en la calificación de la deuda soberana de EEUU, confirmando decisiones similares que en la última década tomaron sus competidoras S&P y Fitch. La decisión hace que se ponga atención sobre un hecho que todos saben pero que los precios no reflejan: la trayectoria de la deuda norteamericana no es sostenible.
Un flemático Jerome Powell apareció esta semana anunciando el mantenimiento de la instancia de política monetaria en los Estados Unidos. Su "paciencia" contrasta favorablemente con la ansiedad de los agentes de mercado y la habitual agresividad del presidente Trump.
El "Liberation Day" de Donald Trump resultó ser todo lo contrario para el comercio mundial y los mercados de acciones se lo tomaron muy mal. Las palabras "recesión" e "inflación" están en el aire, pero consideramos exagerada la reacción del mercado.
El último mensaje de la Fed coincide con nuestro diagnóstico, ya adelantado en informes anteriores, sobre la transitoriedad de los efectos de los aranceles sobre la inflación y la actividad a corto plazo.
El temor de que la política arancelaria de la administración Trump afecte negativamente a la economía de ese país, algunos indicadores recientes que revelan cierta debilidad de esa economía y las dudas sobre el crecimiento futuro de las "7 magníficas" han hecho retroceder al S&P 500 de su máximo histórico. Estimamos que es un hecho transitorio, en un contexto de mucha volatilidad.
La inflación en Estados Unidos siguió mostrando rigidez en enero, confirmando que las reducciones de tasa de interés por parte de la Fed en el último tramo de 2024 fueron demasiado rápidos, demasiado pronto.
Las medidas arancelarias anunciadas por la Casa Blanca contra Canadá, México y China son negativas para el desempeño de la economía mundial y de los propios EEUU. Así lo está visualizando el mercado y de allí su reacción negativa inicial.
Si bien la llegada de Trump al gobierno norteamericano ha generado mucha expectativa en los mercados, lo cierto es que en los próximos meses los temas dominantes seguirán siendo los que caracterizaron 2024: crecimiento e inflación en EEUU y la resolución de la crisis inmobiliaria en China.
La Fed decidió reducir la tasa de interés, pero su lenguaje fue como si la hubiese subido. Con la nueva perspectiva de sólo dos recortes más en 2025 (si acaso), el mercado lo tomó a mal. El péndulo de riesgos entre actividad e inflación vuelve a moverse.