
Las personas con amor propio tienden a tener más bienestar, autoestima y felicidad. No tienen miedo a expresar sus emociones y a conectar con sus vínculos. Gozan de mejor estabilidad emocional y se atreven a aventurarse y triunfar. Dan lo mejor que tienen sin que eso se convierta en una exigencia y sin una voz interna que teme y se amenaza a sí misma con el fracaso.
No dejes de escucharte ni de buscar quién eres, cuáles son tus virtudes y debilidades. ¿De qué punto partías? ¿Qué estás mejorando? ¿Qué te preocupa?
Quizá hasta ahora estabas criticándote y viendo como negativo algún aspecto de ti. Prueba a analizarlo, ¿quizá ves como una imperfección algo en ti que podría ser una habilidad? Tu ser está repleto de características y preciosas que puedes explorar. Dale la vuelta a lo que te pasa al no tener amor propio. Vive nuevas experiencias y observa lo estupenda que eres.