
¿No lloras porque te sientes vulnerable? ¿No te gusta expresar tus emociones? son preguntas que en este episodio vamos a hablar y responderlas, así podremos ayudarlos con algunas dudas que tengan sobre lo importante que expresar nuestras emociones y sentimientos.
El tema de hoy es “Esta bien no estar bien” la vida es como un rompecabezas, nosotros tenemos diferentes emociones. No existen emociones postivas o negativas porque hasta llorar no tiene efectos secundarios adversos, al contrario: libera el exceso de tensión, reduce la presión sanguínea, favorece la relajación muscular y tienen un efecto sedante y antidepresivo. Después de llorar, de forma natural, la mayoría de las personas afirma sentirse mejor.
Llorar también tiene una función social: es una manera de pedir ayuda. Cuando estamos tristes y lo demostramos, los demás se acercan y nos ofrecen su apoyo, nos preguntan si necesitamos algo.
Ver llorar a alguien invita a la compasión y alerta a la comunidad de que uno de sus miembros necesita ayuda. ¿Imaginas qué pasaría si un bebé se perdiese en la ciudad y no llorase? El llanto es la manera que tiene el niño de reestablecer la vinculación con los adultos y expresar un malestar para el que todavía no tiene palabras.
Para los niños, llorar es una manera de pedir ayuda física y emocional; no saben llorar solos. Paradójicamente, al adquirir la habilidad de inhibir el llanto, los adultos acabamos llorando en la intimidad. Por tanto, perdemos la función social y sólo nos queda la descarga.
Queda por delante un importante trabajo social de educación emocional para que los adultos recuperemos la posibilidad de llorar sin que asocie con debilidad o vergüenza.
Por ello llora y honra tus propias necesidades y sensibilidades es una parte fundamental del autocuidado y de amarse a sí mismo, ser consciente de las necesidades y honrarlas para beneficiar la salud del cuerpo, de la mente y del espíritu.