
Votos que sanan nos recuerda que hay palabras que atan y palabras que liberan. Los votos hechos en dolor, resentimiento o miedo pueden convertirse en cadenas invisibles que limitan nuestra alma. Pero cuando el Espíritu Santo nos confronta con amor, nos invita a renunciar a lo que nos ata y renovar nuestros votos delante de Dios. Hacer un voto santo es decidir amar, perdonar y creer otra vez. Son promesas restauradas que abren caminos de sanidad y bendición. Es tiempo de cerrar los pactos del pasado y hacer votos que sanen, alineados al corazón del Padre.