
Sombra de Corrupción representa ese velo espiritual que intenta oscurecer la pureza del corazón y desviar el propósito divino. Es una influencia sutil que comienza con pequeños compromisos, decisiones toleradas y silencios que apagan la voz de la conciencia. La sombra no llega de golpe; se forma cuando el carácter se aleja de la luz y el alma se acostumbra a lo torcido. Pero cuando la presencia de Dios irrumpe, todo lo oculto queda expuesto, y la verdad trae libertad. El Espíritu Santo revela la sombra no para condenar, sino para restaurar lo que la corrupción intentó destruir. Este es el tiempo de volver a la integridad, de permitir que la luz del cielo purifique las motivaciones y renueve la mente. Porque la santidad no es apariencia, es transformación interna; y solo quienes viven bajo la luz podrán vencer las sombras que buscan contaminar lo que Dios ha santificado.