
El reloj islámico es un recordatorio constante del ritmo espiritual de la vida. Más que medir horas, marca momentos sagrados: los tiempos de oración que conectan al creyente con Dios a lo largo del día. Cada alarma o señal simboliza una pausa para el alma, un llamado a la presencia divina en medio de la rutina. Inspirado en la precisión celestial y en el orden del universo, este reloj no solo indica el paso del tiempo, sino el propósito detrás de él: vivir con intención, disciplina y adoración continua.