
A cuatro meses de nuestra boda, nos sentamos con Nati —mi novia y futura esposa— a hablar con total honestidad sobre el día en que casi terminamos. Fue un momento difícil, pero también nos enseñó mucho sobre amor, compromiso y vulnerabilidad. En este episodio compartimos lo que hemos aprendido en el proceso, sabiendo que cada relación es única y no hay moldes que debamos seguir al pie de la letra.
Solo Jesús puede tener el mejor consejo para nuestra historia.