
En medio de un colapso emocional, buscando ayuda, me encontré con el Salmo 90:1: “Señor, tú has sido nuestro refugio...” Moisés lo escribió como migrante, pero con la certeza de que Dios era su residencia permanente.
En este episodio comparto cómo ese versículo me trajo paz, y cómo la fe también puede migrar con nosotros y recordarnos que no estamos solos.