Un día aprendí que nadie me hace falta que muchos me sobran, y es real que si yo no saludo el resto tampoco lo hace, aprendí a quedarme con quiénes te llaman sin necesitar un favor, tan solo para escucharte y saber que aún existes, a restar personas y sumar momentos, y no esperar de nadie nada para evitarme decepciones, aprendí a no quedarme con antojos ni cosas por decir, por si mañana no amanezco, hacer confesiones de amor, dedicar canciones, libros, frases, a quitar miedos antes que bragas y corresponder besos, a recorrer kilómetros a solas e ir construyéndome recuerdos, a tener la iniciativa de irme cuando alguien no me quiere en su vida, y agradecer cuando alguien con sinceridad no me corresponde, aprendí a quererme antes de decir "te quiero" a alguien más, a bailar sola en la sala y dormirme en el sofá de vez en cuando, a beber el café sin azúcar mientras me leo un buen libro, a cuidarme y dormir con la luz apagada, a decir no sin sentir culpa, a cumplirme sueños antes que años, y agradecer la vida cada amanecer, aprendí que lo importante es lo que piensas y no cómo te ves, y que las personas lastiman pero hay otras que saben amar, a dar segundas oportunidades por si la primera no salió bien y hacer el amor sin pensar en los minutos, aprendí a vivir, a disfrutar, y pensar en que mañana puedo morir, pero estaré satisfecha si eso sucede.