He cumplido los veinticinco y no es que me sienta vieja pero entre mis recuerdos se revuelven cientos de historias, de risas, de llantos incluso cicatrices que sé que nunca sanarán, he conocido a más gente y cuanto más les conozco se reduce mi lista de confianza. Ahora mis padres me miran sin odio, y es que de tu brazo jamás pudieron sostenerme la mirada, hoy escucho música detenidamente y ninguna me remueve el corazón ni me forma nudos en la mente, hoy te vi, y llevabas la blusa que alguna vez te quité, volteaste desinteresada, según tú para ignorarme, cuando soy yo quien te mira sin sentir nada, pero has puesto detalle a mis zapatos y es que me indicabas hasta como peinarme, hoy quiero decir que no me arrepiento de nada, pero no puedo, ojala pensar en el hubiera no me trajera un suspiro tan largo de lamento, quizá si hubiese ignorado tu saludo hoy no tendría tanto silencio, tanto espacio en mí, qué bueno que no tatué tu nombre en mi brazo pero la tinta del corazón, esa ¿cómo se borra? ojala no hubieras llegado tan guapa al cruzar la calle, ojala que ese domingo no me hubiese despertado tan temprano para ir a recibirte, ojala que esa mañana no me hubieras abrazado como sintiéndote segura entre mi pecho y yo no hubiera caído tan fácil entre tu supuesta dulzura, yo tenía tan sólo veinte, y aunque eras menor ya te habías masticado al mundo, supiste seducirme y llegar a convencerme de amar, olvidé por un momento que le había puesto un candado al corazón, supiste escribir un cuento entre mi cuerpo, llamándole "nuestra historia" y te fue tan fácil encenderle fuego y verme arder, he perdido mil cosas, pero sin ti, juro que he ganado más, ojala que el tiempo no fuera un regalo tan caro y se pudiese regresar para arreglar, veinticuatro meses se pronuncian en medio segundo, fracción de tiempo tan pequeña pero llevan a cuestas dos años, el tiempo que me debes, que ni viviendo cien podrías pagarme, he hecho ya las cuentas, y yo he saldado mi deuda, le quité la condena a mi mente y ya no carga con tu recuerdo, le quité la venda a mi corazón y la yaga que le hiciste por fin ha palpitado, pero yo te veo tan sola, tan triste, que has de recordarte a cada instante los años que me debes. ¿verdad que si te acuerdas?