Janeth tiene 55 años, es viuda, madre de 2 hijos – Mario, el menor, tiene 25 años, estudia arquitectura en una reconocida Universidad y Sara trabaja como médico en el hospital Almenara – viven en San Borja. Los conocí porque un cliente, al que le conseguí un hermoso departamento de soltera, le dio mi número; y coordinamos una reunión con ella y sus hijos por la venta de su casa. “Tengo 2 años vendiendo mi casa con un sin número de corredores inmobiliarios, he puesto un letrero y yo misma atiendo a los interesados, mi hijo consiguió una tasación hace 1 año hecha por un ingeniero que trabajó en la Municipalidad” refirió duramente con la autoridad que da tener un documento firmado por un profesional. El informe técnico no estaba firmado por un perito tasador, no sustentaba el precio sugerido bajo ningún método del Reglamento Nacional de Tasaciones, omitía el impacto ocasionado por el estado de conservación de la propiedad, entre otras observaciones que pude reconocer rápidamente. Luego de tres reuniones pude conseguir que Janeth confiara en mí y aceptara las condiciones de mi servicio.  La compraventa se realizó 5 meses después.

Hoy frente a mi computadora miro en retrospectiva y estoy seguro de que es vital recibir la correcta asesoría de un agente inmobiliario para el éxito en una operación comercial inmobiliaria.