En la solemnidad de todos los Santos aprovechamos para meditar su intercesión desde el Cielo, pero también recordamos que cada uno de nosotros estamos llamados para estar ahí con ellos.
En esta meditación, el texto del Evangelio nos invita a recuperar la mirada curiosa y sencilla de un niño: hacer preguntas, buscar respuestas y dejar que esa sed interior nos conduzca al encuentro personal con Cristo.
Meditación predicada en una convivencia para sacerdotes. En la memoria de los Santos Marta, María y Lázaro, meditamos sobre el amor que Dios nos tiene y cómo nos llama a llevarlo a los demás. Los sacerdotes, de un modo particular, estamos llamados a ser los brazos de Dios y llevar su amor a los hombres.