Cuando era niño, al candidato a la presidencia de Equipo por Colombia lo llamaban “Joderico”, pues era inquieto, amiguero y tenía la capacidad de convocar a la gente. Hoy, mantiene su personalidad cercana, de “bacán”, halagada por sus simpatizantes, criticada por sus opositores.

Desde las conversaciones sobre revolución en el colegio hasta la militancia en el M-19 y la participación política, el candidato a la presidencia por el Pacto Histórico, siempre ha creído que organizarse es la mejor herramienta para empezar el cambio.

Cuando su abuela lo llevó a la iglesia de San Pedro Claver en Bucaramanga, Rodolfo Hernández, el candidato a la presidencia por el movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, se preguntó por qué la torre del templo no se caía. Años después, cuando llegó el día de elegir carrera, se fue por la ingeniería civil en la Universidad Nacional. La política, en cambio, dice que es un talento escondido que descubrió en 2015.

Entre literatura rusa, exámenes sobre cultura general y “descrestarse” con teorías de ambigüedad histórica, el candidato a la presidencia por el partido Movimiento de Salvación Nacional, recuerda su infancia, los desafíos con su tío, el líder conservador Álvaro Gómez Hurtado asesinado en 1995, y el deseo de continuar su legado político.

De la literatura de Karl Marx a su devoción cristiana, el candidato a la presidencia por el partido Colombia Justa Libres nos contó una parte de su historia de vida. Su vida familiar, los poemas que su padre le leía de niño y su encuentro con la religión cristiana, son momentos que, según él, marcaron su rumbo a la candidatura.

Entre anécdotas e historias, el candidato a la presidencia de Colombia por la Coalición Centro Esperanza, nos habló sobre sus sueños de infancia y cómo llegó a la política en 2003. Sus libros favoritos fueron los protagonistas de la conversación.