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Poesía suelta
J. Oscar Ramírez V.
73 episodes
4 days ago
Poesía suelta es un proyecto de cultura que tiene la intención de promover las bellas artes con colaboraciones nacionales e internacionales. Destacando a literatos, dramaturgos, actores y actrices de renombre. Sin embargo, también ofrece la oportunidad a nuevos talentos. Ponte comodx para que disfrutemos de Jaime Sabines, Mario Benedetti, Elvira Sastre, Edgar Allan Poe, Gabriela Mistral, Walt Whiteman, Sor Juana Inés, Marwan, y más. Yo soy Oscar Ramírez, sígueme en @poesia.suelta , en Instagram y Facebook. ¡Hasta el próximo poema!
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Poesía suelta es un proyecto de cultura que tiene la intención de promover las bellas artes con colaboraciones nacionales e internacionales. Destacando a literatos, dramaturgos, actores y actrices de renombre. Sin embargo, también ofrece la oportunidad a nuevos talentos. Ponte comodx para que disfrutemos de Jaime Sabines, Mario Benedetti, Elvira Sastre, Edgar Allan Poe, Gabriela Mistral, Walt Whiteman, Sor Juana Inés, Marwan, y más. Yo soy Oscar Ramírez, sígueme en @poesia.suelta , en Instagram y Facebook. ¡Hasta el próximo poema!
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Episodes (20/73)
Poesía suelta
Yo lloro de Juan Rulfo

Yo lloro de Juan Rulfo

Yo lloro, sabes,
lloro a veces por tu amor.
Y beso pedacito a pedazo
cada parte de tu cara
y nunca acabo de quererte.

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1 year ago
25 seconds

Poesía suelta
Bajo la lluvia de Juana de Ibarbourou

Bajo la lluvia de Juana de Ibarbourou


¡Cómo resbala el agua por mi espalda!
¡Cómo moja mi falda,
y pone en mis mejillas su frescura de nieve!
Llueve, llueve, llueve,
y voy, senda adelante,
con el alma ligera y la cara radiante,
sin sentir, sin soñar,
llena de la voluptuosidad de no pensar.

Un pájaro se baña
en una charca turbia. Mi presencia le extraña,
se detiene… me mira… nos sentimos amigos…
¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos!
Después es el asombro
de un labriego que pasa con su azada al hombro
y la lluvia me cubre de todas las fragancias
de los setos de octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado
como un maravilloso y estupendo tocado
de gotas cristalinas, de flores deshojadas
que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad
del cerebro sin sueño, la voluptuosidad
del placer infinito, dulce y desconocido,
de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve,
y tengo en alma y carne, como un frescor de nieve.

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1 year ago
1 minute 35 seconds

Poesía suelta
A mi padre de Ramón López Velarde con Lizeth Palacios

A mi padre de Ramón López Velarde


Nunca, señor, pensé que el verso mío
cuando te hablara en él por vez primera
la música filial de los veinte años,
del huérfano infelice la voz fuera.
Nada valió la familiar plegaria;
moriste en plena vida, y ¡qué contraste
tocóles a los tuyos, muerto amado,
en la noche fatal que agonizaste!
Noche con paz de luna; también fuiste
noche más que ninguna tormentosa;
tus horas de martirio florecieron
en mi jardín, como sangrienta rosa.
Todo lo evoco, Padre: tus quejidos;
tus palabras postreras; la voz triste
con que te habló tu hermano sacerdote;
la mañana de otoño en que moriste;
los cirios -compañeros de velada-;
la madre y los hermanos, todos juntos;
el ataúd que sale de la casa;
el sollozante oficio de difuntos;
y ¡oh infinita bondad la de los padres!
los ojos muertos de tu faz piadosa
que me vieron por último con lástima
en las orillas de la negra fosa.
Supe después lo enormemente triste
que es la trsiteza del hogar vacío
y lloré con la marcha de la madre
para tierras del norte. Mas confío
que te he de ver, oh Padre, para siempre
con mis pupilas de resucitado.
Aquel buen ángel que guardó el sepulcro
de Jesucristo, y que miró extasiado
la tierra redimida, y a las santas
mujeres que buscaban al Amado,
las consoló, verá concluir su oficio
cuando el último Adán encuentre abiertos
los eternos lugares de victoria
y no haya quien pregunte por sus muertos. ¡Comparte y disfruta de #PoesíaSuelta!

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1 year ago
1 minute 28 seconds

Poesía suelta
Me estás vedada tú de Ramón López Velarde con Lizeth Palacios

Me estás vedada tú de Ramón López Velarde

¿Imaginas acaso la amargura
que hay en no convivir
los episodios de tu vida pura?
Me está vedado conseguir que el viento
y la llovizna sean comedidos
con tu pelo castaño.


Me está vedado oír en los latidos
de tu paciente corazón (sagrario
de dolor y clemencia),
la fórmula escondida
de mi propia existencia.


Me está vedado, cuando te fatigas
y se fatiga hasta tu mismo traje,
tomarte en brazos, como quien levanta
a su propia ilusión incorruptible
hecha fantasma que renuncia al viaje.


Despertarás una mañana gris
y verás, en la luna de tu armario,
desdibujarse un puño
esquelético, y ante el funerario
aviso, gritarás las cinco letras
de mi nombre, con voz pávida y floja,
¡Y yo me hallaré ausente
de tu final congoja!


¿Imaginas acaso
mi amargura impotente?


Me estás vedada tú... Soy un fracaso
de confesor y médico que siente
perder a la mejor de sus enfermas
y a su más efusiva penitente.

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1 year ago
1 minute 4 seconds

Poesía suelta
Cartas a Clara de Juan Rulfo
Cartas a Clara Méx. D. F. 31 de Feb. de 1945 Criatura: Ayer no me divertí, ni antier, ni antes de antier, ni ningún día, así que no fue por eso que no te escribí, sino porque soy muy flojo, el tipo más flojo que tú hayas conocido. Además de flojo que soy, tengo el corazón malo, pues cuando sintió que pasaban los días y no veía a Kiko se puso enfermo de todo a todo. Y una cosa así, desesperada, no tiene juicio, ni logra entender por qué lo tratan de ese modo, separándolo tan de repente de lo que él más quiere. Ahora te voy a decir otra cosa: no te enojes conmigo porque no escribí luego luego, pues cuando te pones corajuda te ves muy bonita, y yo no quiero que te veas bonita no estando yo ahí para mirarte. Ojalá no te hayas enfermado de catarro ni de nada. Yo no quiero que te enfermes nunca; lo que sí quisiera es conseguir que permanecieras siempre con la sonrisita que tienes y con los ojos que tienes, así de alegres, que a veces me da miedo pensar que alguien, nomás de ver eso, se enamore de ti. No, no me gustaría que sucediera. Yo solo quiero ser el único enamorado de esa cosa que Dios puso mucho cuidado en hacer hermosa y, para acabar, darle permiso para andar sobre la tierra, con el fin de volver loco a este loco muchacho que tú conoces. Mujercita: Ayer pensé en ti y antier y antes de antier y todos estos días. Además, pensé lo bueno que sería yo si encontrara el camino hacia el durazno de tu corazón; lo pronto que se le acabaría la maldad a mi alma y lo despiadado. ¿No te he contado alguna vez lo despiadado que soy? Pues sí, Kiko, yo odio mucho al mundo y mi odio es constante. Quizá por esto el mundo me ha tratado mal y me ha hecho desafortunado. ¿Pero soy desafortunado, Kiko? ¿Verdad que no lo soy? ¿Acaso tú no eres para mí toda la riqueza junta y un rinconcito de suave tranquilidad? Algún día lo sabré, ¿no, Kiko? Por lo pronto, me puse a medir el tamaño de mi cariño y dio 685 kilómetros por la carretera. Es decir, de aquí a donde tú estás. Ahí se acabó. Y es que tú eres el principio y fin de todas las cosas. No te me vayas a enojar por la letra colorada con que escribí esta carta, ni por ninguna nada, ¿eh? Espera hasta el lunes que yo esté ahí para verte la carita corajuda, Kiko, vida mía. Juan
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1 year ago
3 minutes 24 seconds

Poesía suelta
Cartas a Clara de Juan Rulfo
Cartas a Clara Desde que te conozco, hay un eco en cada rama que repite tu nombre; en las ramas altas, lejanas; en las ramas que están junto a nosotros, se oye. Se oye como si despertáramos de un sueño en el alba. Se respira en las hojas, se mueve como se mueven las gotas del agua. Clara: corazón, rosa, amor… Junto a tu nombre el dolor es una cosa extraña. Es una cosa que nos mira y se va, como se va la sangre de una herida; como se va la muerte de la vida. Y la vida se llena con tu nombre: Clara, claridad esclarecida. Yo pondría mi corazón entre tus manos sin que él se rebelara. No tendría ni así de miedo, porque sabría quién lo tomaba. Y un corazón que sabe y que presiente cuál es la mano amiga, manejada por otro corazón, no teme nada. ¿Y qué mejor amparo tendría él, que esas tus manos, Clara? He aprendido a decir tu nombre mientras duermo. Lo he aprendido a decir entre la noche iluminada. Lo han aprendido ya el árbol y la tarde... y el viento lo ha llevado hasta los montes y lo ha puesto en las espigas de los trigales. Y lo murmura el río... Clara: Hoy he sembrado un hueso de durazno en tu nombre. Guadalajara. Oct/44 Juan Rulfo
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1 year ago
1 minute 57 seconds

Poesía suelta
Nocturno de Gabriela Mistra

Nocturno de Gabriela Mistral

Padre Nuestro, que estás en los cielos,
¡por qué te has olvidado de mí!
Te acordaste del fruto en febrero,
al llagarse su pulpa rubí.
¡Llevo abierto también mi costado,
y no quieres mirar hacia mí!
Te acordaste del negro racimo,
y lo diste al lagar carmesí;
y aventaste las hojas del álamo,
con tu aliento, en el aire sutil.
¡Y en el ancho lagar de la muerte
aun no quieres mi pecho oprimir!
Caminando vi abrir las violetas;
el falerno del viento bebí,
y he bajado, amarillos, mis párpados,
por no ver más enero ni abril.
Y he apretado la boca, anegada
de la estrofa que no he de exprimir.
¡Has herido la nube de otoño
y quieres volverte hacia mí!
Me vendió el que besó mi mejilla;
me negó por la túnica ruin.
Yo en mis versos el rostro con sangre,
como Tú sobre el paño, le di,
y en mi noche del Huerto, me han sido
Juan cobarde y el Ángel hostil.
Ha venido el cansancio infinito
a clavarse en mis ojos, al fin:
el cansancio del día que muere
y el del alba que debe venir;
¡el cansancio del cielo de estaño
y el cansancio del cielo de añil!
Ahora suelto la mártir sandalia
y las trenzas pidiendo dormir.
Y perdida en la noche, levanto
el clamor aprendido deTi:
¡Padre Nuestro, que estás en los cielos,
por qué te has olvidado de mí!

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1 year ago
2 minutes 13 seconds

Poesía suelta
Besos de Gabriela Mistral

Besos de Gabriela Mistral

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.


Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.


Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.


Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.


Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.


Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.


Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.


Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.


Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien, son besos míos
inventados por mí, para tu boca.


Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.


¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.


¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.


Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.


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1 year ago
3 minutes 12 seconds

Poesía suelta
Que el amor no admite cuerdas reflexiones de Rubén Darío

Que el amor no admite cuerdas reflexiones de Rubén Darío

Señora, Amor es violento,
y cuando nos transfigura
nos enciende el pensamiento
la locura.

No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos:
son de guerra mis abrazos
y son de incendio mis besos;
y sería vano intento
el tornar mi mente obscura
si me enciende el pensamiento
la locura.

Clara está la mente mía
de llamas de amor, señora,
como la tienda del día
o el palacio de la aurora.
Y el perfume de tu ungüento
te persigue mi ventura,
y me enciende el pensamiento
la locura.

Mi gozo tu paladar
rico panal conceptúa,
como en el santo Cantar:
Mel et lac sub lingua tua*.
La delicia de tu aliento
en tan fino vaso apura,
y me enciende el pensamiento
la locura.

(*) Miel y leche bajo tu lengua (frase tomada del texto bíblico Cantar de los cantares)

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1 year ago
1 minute 17 seconds

Poesía suelta
Venus de Rubén Darío

VENUS DE RUBÉN DARÍO

En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín.
En el obscuro cielo Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.

A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.

"¡Oh, reina rubia! -díjele, mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia a ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,

y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar".
El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.

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1 year ago
1 minute 14 seconds

Poesía suelta
12 de noviembre de Patricia Ortiz Lozano con Lizeth Palacios
12 de noviembre de Patricia Ortiz Lozano No podrás con mi silencio con la furia de mis pasos con el luto de mi cuerpo lleno de sal que arde.  Abismarme no podrás mi nombre no será tu calma no el vacío de los lechos rotos de los lugares derribados por el viento.  La sed se ha detenido y el agua no eres tú.
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2 years ago
52 seconds

Poesía suelta
Hoy de Ángel González
Hoy de Ángel González Hoy todo me conduce a su contrario: el olor de la rosa me entierra en sus raíces, el despertar me arroja a un sueño diferente, existo, luego muero. Todo sucede ahora en un orden estricto: los alacranes comen en mis manos, las palomas me muerden las entrañas, los vientos más helados me encienden las mejillas. Hoy es así mi vida. Me alimento del hambre. Odio a quien amo. Cuando me duermo, un sol recién nacido me manche de amarillo los párpados por dentro. Bajo su luz, cogidos de la mano, tú y yo retrocedemos desandando los días hasta que al fin logramos perdernos en la nada.
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2 years ago
1 minute 17 seconds

Poesía suelta
Beso de Manuel Altolaguirre
Beso de Manuel Altolaguirre ¡Qué sola estabas por dentro! Cuando me asomé a tus labios un rojo túnel de sangre, oscuro y triste, se hundía hasta el final de tu alma. Cuando penetró mi beso, su calor y su luz daban temblores y sobresaltos a tu carne sorprendida. Desde entonces los caminos que conducen a tu alma no quieres que estén desiertos. ¡Cuántas flechas, peces, pájaros, cuántas caricias y besos!
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2 years ago
56 seconds

Poesía suelta
¿Qué se ama cuando se ama? de Gonzalo Rojas
¿Qué se ama cuando se ama? de Gonzalo Rojas ¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes, o este sol colorado que es mi sangre furiosa cuando entro en ella hasta las últimas raíces? ¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo, repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces de eternidad visible? Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una, a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
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2 years ago
1 minute 28 seconds

Poesía suelta
Happy New Year de Julio Cortázar
Happy New Year de Julio Cortázar Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.
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2 years ago
1 minute 12 seconds

Poesía suelta
Canción de febrero de Jorge Valdés Díaz-Vélez
Canción de febrero de Jorge Valdés Díaz-Vélez Leve y triste la tarde se retira contigo hacia el crepúsculo y las horas                empiezan a doler en los distantes repliegues de la sábana. De pronto                la noche ha regresado y es difícil no pensar en tu boca momentánea                o en las altas comarcas de tu cuerpo en lienzos de algodón en alabanza.                Ahora que no estás, vuelvo a mirar el rayo que dividen tus pestañas                y el estremecimiento de tu espalda moldeándome los brazos, la sonrisa                de tu sxo en los vértigos del labio, el instante fluvial de tu alegría.                A lo lejos respira el mar, asciende la blanda superficie su clausura                bajo un raso de líquidos cristales. La noche sin tu piel crece más honda                por las calles donde asperjas la lluvia. En silencio te recuerdo, muchacha,                con las últimas brasas que se apagan contra el pecho del cielo, palpitando.
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2 years ago
1 minute 33 seconds

Poesía suelta
Detente sombra de Sor Juana Inés de la Cruz

Detente sombra de Sor Juana Inés de la Cruz

Detente, sombra de mi bien esquivo
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.

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2 years ago
1 minute 5 seconds

Poesía suelta
Pequeña del Amor de Jaime Sabines

Pequeña del Amor de Jaime Sabines

Pequeña del amor, tú no lo sabes,

tú no puedes saberlo todavía,

no me conmueve tu voz

ni el ángel de tu boca fría,

ni tus reacciones de sándalo

en que perfumas y expiras,

ni tu mirada de virgen

crucificada y ardida.

No me conmueve tu angustia

tan bien dicha,

ni tu sollozar callado

y sin salida.

No me conmueven tus gestos

de melancolía,

ni tu anhelar, ni tu espera,

ni la herida

de que me hablas afligida.

Me conmueves toda tú

representando tu vida

con esa pasión tan torpe

y tan limpia,

como el que quiere matarse

para contar: soy suicida.

Hoja que apenas se mueve

ya se siente desprendida:

voy a seguirte queriendo

todo el día.

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2 years ago
1 minute 8 seconds

Poesía suelta
Volver a casa es horrible de Eva Haralambidis-Doherty

VOLVER A CASA ES HORRIBLE de Eva Haralambidis-Doherty

Volver a casa es horrible,
ya sea que los perros te laman la cara o no.

Ya sea que tengas una esposa o una soledad en forma de esposa esperando por ti.

Llegar a casa es terriblemente solitario,
tanto así que añoras con ternura aquella opresiva presión barométrica de donde acabas de volver,
porque todo es peor una vez que estás en casa.

Piensas, con nostalgia,
en las alimañas que se aferran a los tallos de la hierba,
las largas horas de camino, la asistencia en carretera,
los helados y las formas peculiares de ciertas nubes y silencios, porque no querías volver.

Regresar a casa es espantoso.

Y los silencios domésticos y sus nubes hogareñas no contribuyen en nada más que a todo el malestar.

Miras con sospecha las nubes como son,
hechas de una materia distinta de aquellas que dejaste atrás.

Tú mismo estás cortado de una tela diferente,
turbia.

Devuelto,
repudiado,
mal recibido por la luz de luna,
infeliz de regresar,
holgado en todos los puntos equivocados,
como un traje lleno de costuras,
un trapo andrajoso de cocina,
usado.
Llegas a casa como a otro planeta, ajeno.

El tirón gravitacional de la Tierra,
un esfuerzo ahora redoblado,
suelta los cordones de tus zapatos y hace que arrastres los hombros,
grabando aún más profunda la estrofa de la angustia en tu frente.

Vuelves a casa hundido, como un pozo sin agua ligado al mañana por una frágil hebra de “qué más da”.

Suspiras frente a la avalancha de días idénticos,
bien podrían ser uno solo,
y uno a la vez.

Bueno,

qué más da, volviste.

El sol sube y baja como una puta cansada,
el clima inmóvil como un miembro roto mientras envejeces.

Todo permanece inmóvil,
menos las mareas cambiantes de sal en tu cuerpo.

Tu visión se nubla,
llevas encima tu clima contigo; una gran ballena azul,
una oscuridad hecha esqueleto.

Vuelves a casa con visión de rayos X,
tus ojos convertidos en hambre.

Y así,
regresas con tus dones mutantes a una casa de hueso.

Todo lo que ves ahora,
todo,
es hueso.

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2 years ago
3 minutes 4 seconds

Poesía suelta
Carta a Antonio de César Moro

Carta a Antonio de César Moro

Te quiero con tu gran crueldad, porque apareces en medio de mi sueño y me levantas y como un dios, como un auténtico dios, como el único y verdadero, con la injusticia de los dioses, todo negro dios nocturno, todo de obsidiana con tu cabeza de diamante, como un potro salvaje, con tus manos salvajes y tus pies de oro que sostienen tu cuerpo negro, me arrastras y me arrojas al mar de las torturas y de las suposiciones.

Nada existe fuera de ti, sólo el silencio y el espacio. Pero tú eres el espacio y la noche, el aire y el agua que bebo, el silencioso veneno y el volcán en cuyo abismo caí hace tiempo, hace siglos, desde antes de nacer, para que de los cabellos me arrastres hasta mi muerte.

Inútilmente me debato, inútilmente pregunto. Los dioses son mudos; como un muro que se aleja, así respondes a mis preguntas, a la sed quemante de mi vida.

¿Para qué resistir a tu poder? Para qué luchar con tu fuerza de rayo, contra tus brazos de torrente; si así ha de ser, si eres el punto, el polo que imanta mi vida.

Tu historia es la historia del hombre. El gran drama en que mi existencia es el zarzal ardiendo, el objeto de tu venganza cósmica, de tu rencor de acero.

Todo sexo y todo fuego, así eres. Todo hielo y todo sombra, así eres: hermoso demonio de la noche, tigre implacable de testículos de estrella, gran tigre negro de semen inagotable de nubes inundando el mundo. Guárdame junto a ti, cerca de tu ombligo en que principia el aire; cerca de tus axilas donde se acaba el aire. Cerca de tus pies y cerca de tus manos. Guárdame junto a ti.

Seré tu sombra y el agua de tu sed, con ojos; en tu sueño seré aquel punto luminoso que se agranda y lo convierte todo en lumbre; en tu lecho al dormir oirás como un murmullo y un calor a tus pies se anudará e irá subiendo y lentamente se apoderará de tus miembros y un gran descanso tomará tu cuerpo y al extender tu mano sentirás un cuerpo extraño, helado: seré yo. Me llevas en tu sangre y en tu aliento, nada podrá borrarme. inútil tu fuerza para ahuyentarme, tu rabia es menos fuerte que mi amor; ya tú y yo unidos para siempre, a pesar tuyo, vamos juntos.

En el placer que tomas lejos de mi hay un sollozo y tu nombre.

Frente a tus ojos el fuego inextinguible.

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2 years ago
3 minutes 37 seconds

Poesía suelta
Poesía suelta es un proyecto de cultura que tiene la intención de promover las bellas artes con colaboraciones nacionales e internacionales. Destacando a literatos, dramaturgos, actores y actrices de renombre. Sin embargo, también ofrece la oportunidad a nuevos talentos. Ponte comodx para que disfrutemos de Jaime Sabines, Mario Benedetti, Elvira Sastre, Edgar Allan Poe, Gabriela Mistral, Walt Whiteman, Sor Juana Inés, Marwan, y más. Yo soy Oscar Ramírez, sígueme en @poesia.suelta , en Instagram y Facebook. ¡Hasta el próximo poema!