Mi oración es que, como iglesia, podamos amar y servir a nuestras hermanas, dejemos de etiquetarlas como madres solteras y las veamos como Cristo las ve: hijas amadas redimidas por Su obra.
Dios obró de manera sobrenatural dándole un hijo a Sara no solo por amor a ella y Abraham, sino por amor a ti y a mí. Fue a través de la descendencia de Sara que nació el Salvador del mundo, aquel quien perdonó nuestras ofensas y nos dio una nueva vida en Él.
Estas disciplinas —lectura de la Palabra, oración, meditación, ayuno, adoración, confesión de pecados— son esenciales en nuestro caminar, y te ayudaran a enfrentar las diferentes situaciones con el espíritu correcto. De lo contrario, la carne se interpondrá y tus reacciones y acciones va a tener una mala motivación.
Qué hermoso es saber que Dios me ha permitido ser madre, un rol que Él mismo determinó, y que Él tiene un propósito en cada etapa que tenemos que afrontar, incluyendo el nido vacío.
Amada hermana, Jesucristo ya perdonó tus pecados. Eres una preciosa joya, la cual Él ha transformado por Su gracia y misericordia. Usa tus cicatrices para darle toda la honra y gloria.
Esto de ser una sola carne tiene diversas implicaciones, y una de ellas es que las circunstancias difíciles y el dolor de nuestros esposos sería el nuestro.
No podemos fijar nuestra irada en el aquí y en el ahora, nuestra mirada debe estar fija en lo eterno y donde pasaremos la eternidad.
Aprendemos que Rahab no solo fue usada por Dios para salvar a los espías, sino también para que de su familia viniera el Salvador. Así nos cuenta el evangelista Mateo en 1:5-6.
La única manera de nosotros poder consolar y tener sensibilidad por otras personas es solo por medio del poder de Jesucristo, no lo hacemos por nosotros, ni nuestro corazón, ni sentimientos.
La Palabra de Dios siempre está a tu disposición para que profundices en ella y crezcas en el conocimiento del Dios Santo.
Ocúpate de descansar en Sus promesas que se cumplen en nuestras vidas, pon tu mirada en lo eterno y en la majestad del Creador.
El Señor permite cosas que en su momento no las entendemos, pero debemos confiar en que obrará para bien (Romanos 8:28).
Si ahora estás educando a tus hijos, a continuación algunas oportunidades para enseñarles a servir a Dios. ¡Espero sean de edificación!
Vivir con esperanza en medio de tiempos difíciles solo se logra cuando podemos pensar bíblicamente acerca de la situación que estemos viviendo.
Nuestro llamado debe ser como cualquier hermana en la iglesia. A ser una mujer piadosa, esposa, madre y fiel miembro del cuerpo de Cristo.
El Único que se lleva la honra es nuestro Dios, nosotras somos instrumentos innecesarios a quienes, en Su misericordia, nos permite servir en Su reino.
Puedes caminar al altar vestida de blanco como un reflejo de tu nuevo compromiso de pureza y fidelidad al Señor y a tu futuro esposo.
Que aquello que has vivido te sirva para poder ayudar a otras a vivir cara a cara el evangelio y viviendo vida transformadas porque Cristo nos da esa oportunidad.
Como abuelas que conocemos al Señor, debemos buscar fervientemente Su voluntad para nuestras vidas y seguir las enseñanzas de nuestro Padre, con el fin de ponerlas en práctica también desde nuestro rol de abuelas.
Las telenovelas centran todo en el hombre, pero el evangelio comienza y termina con Dios.