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Un breve espacio semanal donde te invitamos a explorar respuestas a las principales objeciones a la fe cristiana.
Tras responder a muchas de las objeciones para confiar en Jesús, terminamos con una pregunta de vital importancia. El mensaje de Jesús es una invitación que requiere respuesta. ¿De qué forma podemos responder?
Richard Dawkins habla de la cruz como "viciosa, sadomasoquista y repelente". Christopher Hitchens habló del sacrificio del hijo de Dios como "un acto moral abominable". ¿Tiene sentido que alguien muera para pagar por los errores de otros?
Vivimos en una época de aceptación, celebración y liberación sexual. Sin embargo, parece que el cristianismo vive en el pasado. ¿Qué problema hay con poder amar libremente a quien quieras y cuando quieras sin ataduras y sin normas?
En el Antiguo Testamento, Dios ordena aniquilar naciones, incluyendo mujeres, niños y animales, como en la conquista de la tierra de Canaán o de los amalecitas. Son textos muy incómodos para cualquier cristiano: ¿de verdad Dios ordena genocidios?
A lo largo de la historia se han hecho todo tipo de afirmaciones presuntuosas, pero poca gente ha defendido ser el Dios del universo. ¿Realmente Jesús dijo ser Dios? ¿No fue su deidad una invención posterior?
Nos encantan las teorías conspiratorias. Entre todas las que pretenden deslumbrarnos con verdades que llevan ocultas durante siglos, se ha popularizado la idea de que Jesús en realidad estaba casado con María Magdalena. ¿Qué podemos decir al respecto?
La pobreza, el hambre, las guerras, la desigualdad son causadas directa o indirectamente por el ser humano, pero ¿qué pasa con el llamado “mal natural”? Si Dios es bueno y poderoso, ¿por qué permite huracanes, tsunamis y terremotos?
Cuando oímos sobre escándalos, abuso sexual de menores, manipulación espiritual...se nos quitan a cualquiera las ganas de entrar en una iglesia. Personas así son un tropiezo para creer en Dios.
Albert Camus dijo, “Solo existe una pregunta filosófica verdadera, la del suicidio. Juzgar si la vida merece o no merece la pena vivirla es responder la pregunta fundamental de la filosofía.” ¿Cuál es la base de tu esperanza?
Si la fe cristiana tiene sentido, y es verdad, ¿por qué no lo ve todo el mundo? ¿Por qué no hay más personas lógicas y racionales que lo dejen todo por abrazar esta fe, si tanto sentido tiene? ¿No es esta una evidencia de que la fe cristiana tiene lagunas y contradicciones?
Reflexionemos un poco más sobre este argumento. Si nacieras en Irán, ¿serías por la fuerza un musulmán? O si nacieras en la China profunda, ¿serías confucionista? ¿Tus creencias se condicionan por ubicación o contexto?
El ateo Richard Dawkins escribe en su libro El espejismo de Dios: “Imagina, con John Lennon, un mundo sin religión. Imagina que no hay terroristas suicidas envueltos en bombas, que no existe el 11S o el 7J, que no hay cruzadas, cazas de brujas…”
Muchas personas piensan que las religiones principales del mundo dicen básicamente lo mismo. Sin embargo, basta con comparar a los fundadores para darse cuenta de las grandes diferencias. Por ejemplo, ¿en qué se diferencia Jesús de Mahoma?
Desde niños reconocemos que todo tiene una causa anterior. El huevo viene de la gallina, que viene de un huevo, que viene de otra gallina… hasta el origen del universo. Si Dios es la explicación para el universo, la pregunta es obvia: ¿de dónde viene Dios?
A diferencia de otros textos sagrados, la Biblia, en su inmensa mayoría, no ha sido dictada por Dios a una persona. Entonces, ¿no sería lógico que estuviera llena de errores, que no fuera histórica, etc.?
El sufrimiento es hasta el día de hoy el obstáculo más grande para creer en Dios. Nos afecta a todos, y cualquier respuesta tiene que ser capaz de satisfacer no solamente el intelecto, sino también el corazón.
Aunque en televisión casi siempre se pinte al personaje cristiano como a un “santurrón”, la realidad es que a menudo el que no cree en Dios es mejor persona — más amable, solidaria, humana, abierta — que una que sí cree.
Las estadísticas son claras: el 100% de los seres humanos mueren. La gran pregunta es: ¿Qué ocurre después? ¿Hay una continuidad para el yo? ¿Hay un mundo mejor? ¿Estaré solo? ¿Tendré que rendir cuentas a algo o alguien por cómo he vivido?
En pleno siglo XXI, creer que alguien pueda resucitar después de estar clínicamente muerto durante días suena demasiado fantasioso. ¿Existe alguna razón para creer en la resurrección? ¿Por qué es tan importante para el cristianismo? ¿Y qué más da si ocurrió o no?
Leemos en la Biblia sobre mares que se abren de par en par, ciegos que recobran la vista, agua que se convierte en vino y, por si no fuera suficiente, personas que resucitan. ¿En qué se diferencia la Biblia del Señor de los Anillos? ¿Quién puede creerse nada de eso?