En 2 Crónicas 27–28, Jotam hace lo correcto… pero no transforma a su pueblo. Su hijo Acaz cae en idolatría y oscuridad. En Romanos 2, Pablo confronta la hipocresía religiosa: juzgar a otros mientras se oculta el pecado propio. Y Proverbios 27 nos enseña que una palabra honesta, aunque duela, puede salvar el alma.
Este episodio no suaviza verdades… pero sí ofrece esperanza.
Dios no busca cristianos de fachada. Busca corazones rendidos, transformados y sinceros.
Porque la fe que no toca el alma… no deja huella en el mundo.
Aquí no solo leemos la Biblia… dejamos que la Biblia nos lea a nosotros.