La seriedad del pecado, la necesidad de depender de Dios y no de los recursos humanos, y la grandeza de Su misericordia cuando el pueblo se humilla y busca Su perdón. Es un recordatorio poderoso de que nuestras decisiones tienen consecuencias, pero también de que Dios está dispuesto a restaurar cuando hay arrepentimiento genuino.
Porque debemos de tener cuidado en cumplir y llevar a cabo la GRAN Comision. Como impacta a las generaciones el amor de Cristo y como estamos dejando este legado desde nuestro entorno hasta el fin del mundo.
Las últimas palabras de un rey conforme al corazon de Dios y la valentía de los hombres que lo acompañaron, mostrando que el reino de Dios se edifica con justicia, fe y lealtad.
Hay Hambre por tres años, David busca a Dios y Dios muestra la consecuencia del pecado y la necesidad de justicia, pero tambien nos conduce a un canto de gratitud por la liberación y el poder de Dios.
El reino de David fue sacudido por varias rebeliones, también por injusticias y algunos enemigos, PERO la intervención sabia, la justicia divina y la fidelidad de Dios fue lo que sostuvo al pueblo y al rey.
David vive la paradoja de ganar la batalla pero perder a su hijo. No se alegra de la victoria mas bien llora amargamente la muerte de Absalón. Finalmente David retoma su largo camino a la redención, su camino a casa, a Jerusalén y busca reconciliar al pueblo mostrando gracia.
Esta semana comenzamos a celebrar el hecho de que Calvary Chapel cumple 40 años y, por lo tanto, estamos en este momento de reflexión y celebración, porque ha sido una generación en la que Jesús ha trabajado en y a través de su iglesia, desde la promesa hasta Abraham y Moisés, David, hasta hoy de Generación en Generación Dios tranformando y redimiendo Su Iglesia y haciendo milagros y Oramos y decimos a Dios...!Hazlo Otra Vez!
Mientras Absalon sigue su rebelión y David es atacado, y despreciado, Dios obra en silencio frustrando los planes de estos enemigos desleales de David PERO Dios preserva a su ungido.
Cuando la vida te arrebata todo, lo único seguro es rendirte a la voluntad de Dios y confiar en Su justicia. En medio de la traición y la humillación David confía en que Dios sigue en control.
Ignorar el pecado no lo elimina; solo lo hace crecer hasta destruirlo todo. El silencio, la pasividad o la falta de confrontación solo permiten que la culpa, el dolor y la amargura echen raíces profundas, trayendo consecuencias devastadoras para la familia y la relación con Dios.
¿Que estás cargando en silencio?
La Justicia de Dios no es solo castigo al enemigo, sino gracia inmerecida al quebrantado. Todos somos Mefiboset lisiados por el pecado, pero invitados por gracia a la mesa del rey.
Dios NO necesita una casa hecha por manos humanas, pero quiere hacer de tu vida Su morada eterna.
Antes de que nosotros le construyamos algo a Dios, Él ya planeo construir algo eterno con nosotros.
David decide trasladar el Arca del Pacto a Jerusalén deseando que la presencia de Dios sea el centro de su reinado. La presencia de Dios NO se puede tratar con ligereza, pero cuando se honra con reverencia y gozo, trae bendición y transformación al corazón.
Después de años que han pasado y una larga espera, luchas y preparaciones, Dios establece a David como rey sobre TODO ISRAEL, cumpliendo Su promesa y afirmando Su propósito.
Mientras el reino se divide tras la muerte de Saúl, Dios comienza a establecer el gobierno de David en medio de traiciones, luchas de poder y justicia que restaúra.
Dios usa el rechazo para redirigirnos y la crisis para restaurarnos.
Cuando David se fortaleció en el Señor, fue guiado, restaurado y recuperó lo perdido.
Cuando Dios guarda silencio, el corazón rebelde busca respuestas donde no debe.
Saúl es un ejemplo trágico de alguien que rechazó a Dios por tanto tiempo que, cuando quiso escucharlo, ya no tenía acceso. En su desesperación, recurrió a la brujería, dejando en evidencia su caída total.
Cuando confiamos en Dios, actuamos con integridad. Pero cuando dejamos que el miedo gobierne nuestro corazón, tomamos decisiones que nos alejan de su voluntad, y empezamos a desesperarnos.
En medio de provocaciones y amenazas, David nos muestra que el liderazgo piadoso espera en Dios.
Cuando elegimos honrar a Dios en lugar de responder con la carne, dejamos espacio para que Él actúe como nuestro defensor. A veces Dios nos frena por medio de personas que nos llaman a reflexionar antes de actuar.