
Comprometéte a no mirar hacia afuera... mirá hacia adentro. Las trabas que has tenido que atravesar, los miedos que habés vivido y el viaje en el que te has embarcado ha sido uno en el que todo lo que te tocaba enfrentar, fue superado de una forma u otra.
Las victorias y derrotas de un año que habés atravesado te demuestran que a pesar de todo, las preguntas permanecen:
¿He logrado eso que tanto anhelaba? ¿He cambiado? ¿Soy el mismo que inició en enero?