
La energía del solsticio de verano y los cambios en las estaciones, a todos nos han invitado a ritualizar para encontrarnos y manifestar esos propósitos que se ciernen sobre nuestra alma cada vez que un ciclo se cierra y otro se abre.
La creencia de que para que un ritual funcione este debe ser sumamente complejo, es falsa, pues mientras más sencillo, específico y concreto, este será más efectivo, y nosotros como recipiente energético, seremos capaces de canalizarlo y entenderlo mejor.