
Sanar a tu niño interior no es un destino, es un viaje de reconexión, amor y compasión hacia ti misma. En este episodio, es una guía a mirar con ternura esas partes de ti que alguna vez se sintieron solas, no vistas o lastimadas. Caminar hacia la raíz, no para revivir el dolor, sino para abrazarlo con presencia y permitir que se transforme la herida en sabiduría.