
Esta frase contiene una de las responsabilidades más sagradas de un adulto: la protección y el fomento del potencial infantil.Las palabras que le decimos a un niño no son solo comentarios; son semillas plantadas en su mente subconsciente. Al desestimar un sueño como "ridículo", corremos el riesgo de implantar una creencia limitante que puede sofocar su curiosidad, su valentía y su ambición para el resto de su vida.El potencial de un niño es ilimitado. Nuestro trabajo es ser la inspiración, el apoyo incondicional y el escudo contra el cinismo. Que tu voz sea la que les dé permiso para soñar en grande.¿A quién vas a inspirar hoy para que siga creyendo en sus sueños?