
Esta frase es una poderosa lección de autodominio y sabiduría. Nos recuerda que, en el ámbito de la comunicación, el verdadero poder no reside en la cantidad de palabras que se dicen, sino en la prudencia de las que se eligen callar.Ser "rey de tu silencio" significa que controlas tu lengua y que cada palabra que decides emitir es intencional, medida y significativa. Ser "esclavo de tus palabras" significa hablar impulsivamente, sin medir el impacto, lo que a menudo lleva a arrepentimiento y conflicto. En el silencio se encuentra la paz; en la palabra imprudente, el peligro.¿Qué elegirás ser hoy: un rey prudente o un esclavo impulsivo?