
El proceso de paz con el ELN ha sido interrumpido y retomado en varias ocasiones desde los años 90, comenzando con el gobierno de César Gaviria. Aunque se iniciaron las negociaciones, la violencia del grupo guerrillero impidió que prosperaran. En los gobiernos siguientes, como el de Pastrana, hubo nuevos intentos, pero la desconfianza y los ataques continuaron.
Bajo Álvaro Uribe, el proceso prácticamente se abandonó, priorizando la confrontación militar. Sin embargo, con la llegada de Gustavo Petro en 2022, se reactivó el diálogo en el marco de su política de "paz total". A pesar de este impulso renovado, el proceso aún enfrenta desafíos significativos debido a las tensiones históricas, la violencia persistente y las profundas desigualdades que alimentan el conflicto.