
Si buscamos una relación segura para volcar nuestra atención y afecto no tenemos que buscar más allá de Jesucristo, Él puede deleitar tu corazón, alma y satisfacerte mucho más de lo que cualquier otra persona podría hacerlo.
Jesús entiende de lo que se siente ser tentado, Él también fue humano, pues pasó por las mismas sensaciones que experimentas en tus relaciones, pero no se dio a ninguna de ellas si el Espíritu Santo vive en nosotros puedes tener la misma victoria al aprender y resistir de la tentación, puedes hacer que los pensamientos inadecuados reboten fuera de tu cerebro