Imagínate que un día compras tiquetes para Egipto y por pura casualidad tu viaje coincide con un verano con temperaturas de hasta 50 grados. También coincide con una festividad religiosa en la que, durante 20 días, la gente no come mientras la luz del sol esté alumbrando, ni toman agua, ni fuman, ni tienen sexo. No lo sabías pero decides ir. Estando allá te roban en un tren y, aun así, terminas enamorado de tu viaje a Egipto y de su cultura.
Final de temporada cargado de emociones y de aprendizaje sobre lo que significa viajar en Ramadán y otros aspectos del Islam y la cultura musulmana.
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