
Celebramos los 800 años de aquella primera vez en que Francisco de Asís, movido por una profunda devoción, representó en una cueva de Greccio, en Italia el modo en que pudo haber nacido el Hijo de Dios en Belén.
Greccio se convirtió así en un nuevo Belén y de esa manera llega hasta nuestros tiempos la oportunidad de seguir haciendo estas representaciones que llamamos nacimientos y que hacen de cada hogar un Belén.
Un regalo de Francisco de Asís y la Familia Franciscana a la Iglesia y a la humanidad.