
Hoy tenemos de nuevo un fuerte contraste entre alegría y tristeza, entre vida y muerte, entre gracia y pecado. Es que para eso ha venido Jesús, a entrar en nuestras vidas para estar con nosotros en este combate, en esta división interna que todos llevamos entre estos dos opuestos. Jesús que nace no es ajeno a nuestras luchas, cruces, dolores y desde un inicio nos quiere decir esto con lo que recordamos hoy: a los santos inocentes mártires.