El no sentirnos suficientes es algo muy común, pero también muy malentendido. Al no creernos suficientes empezamos a hacer mil cosas a la vez, porque esa sensación de insuficiencia quizás se llene cuando estudie más, cuando sepa más, cuando tenga más. Al final nos encontramos todos dando vueltas en círculos, propuestos seguimos sin ser suficientes, si nos comparamos alguien siempre va a hacer las cosas mejor o peor. Por eso en este capítulo te hablo de la sombra que ,as vergüenza me da, esa que incluso estaba tan guardadita que ni cuenta me daba: la envidia y el mensaje que trajo a mi vida experimentarla. En este capítulo nos bajamos de nuestros pedestales, para con humildad reconocer esos espacios y darnos cuenta que no vamos a ser perfectos en nada, que no podemos ser buenas contadoras, profesoras, diseñadoras y fotógrafas, que no tenemos todos los talentos del mundo y que eso también está bien. Aprender a apreciar los dones de los demás y nuestros propios límites es soltar la malcriadeza y abrazar la madurez 😂